La piel de los perros, al igual que la de los humanos y todos los seres vivos, funciona como la primera barrera de protección contra factores externos que pueden resultar perjudiciales, tales pueden ser el clima, bacterias, parásitos, hongos, entre otros factores. En los canes, la piel está cubierta de pelaje y es flexible e hidratada, esto con el fin de cumplir su rol de barrera.

Al ser un órgano tan importante, es primordial que te mantengas pendiente de su estado. En cuanto notes cualquier anormalidad deberás prestar atención, por ejemplo, si se rasca demasiado o se lame constantemente en las mismas zonas, también si empiezas a notar pérdida abundante de pelo, todas son señales de que debes acudir inmediatamente a un experto.

¿Qué hacer si noto algo extraño en la piel de mi perro?

Antes que nada, es necesario que revises periódicamente el estado de la piel de tu perro, puedes hacerlo cuando lo acaricias, este momento es ideal para que aproveches y muevas su pelaje de tal modo que puedas ver la parte de su dermis. Si llegas a notar que está enrojecida, reseca o hay presencia de granitos, ya son motivos suficientes para que tu mascota padezca una infección cutánea.

Si este es el caso, y además notas los comportamientos que te mencionamos anteriormente – picor, que se lame demasiado o pérdida de pelo – no dudes en consultar a tu médico veterinario. En este tipo de situaciones es recomendable realizar un raspado en alguna o varias de las zonas afectadas para determinar cuál es la causa de los síntomas.

¿Cuáles son las enfermedades más comunes en la piel de los perros?

Las afecciones de la piel en los perros tienden a ser comunes debido a su fácil modalidad de contagio. Existen diferentes clases, y aunque sus síntomas son similares, la intensidad y gravedad de los mismos varía. A continuación, te decimos cuáles son las más comunes y cómo identificarlas.

• Los parásitos – como pulgas o garrapatas – son las principales alteraciones dermatológicas que pueden afectar a los canes y se pueden contraer del exterior o contagiar de otro perro fácilmente. El efecto principal es el gran picor que producen estos huéspedes indeseados, que consecuentemente generan que tu peludo se rasque de manera compulsiva. Si no se trata a tiempo puede generar enfermedades como la erliquiosis canina.

• Por otro lado, se encuentra la sarna, una enfermedad muy común y que es producida normalmente por exceso de ácaros en la piel. Los dos tipos más comunes son:

• Sarcóptica: El síntoma principal es el picor intenso, este es tan fuerte que puede terminar en autolesiones con graves efectos como erosiones, alopecia, engrosamiento de la piel, hiperpigmentación – la piel se torna negra – e infección bacteriana.

• Demodécica: También es producida por exceso de ácaros, sin embargo, es menos agresiva. Normalmente se localiza en las patas y la cabeza con síntomas de alopecia. Esta enfermedad suele remitir al cabo de un par de semanas con buenos hábitos de higiene y alimentación adecuada.

• Las alergias son otras de las afecciones más comunes de la piel, se pueden presentar por ingredientes específicos dentro de la dieta de tu peludo o componentes externos. Los síntomas son picor y pérdida de pelo. Existen razas que son más susceptibles a las alergias debido a las características de su piel, entre ellas, destacan los Pug, Shar Pei y Bulldog; los cuales requieren de una limpieza y cuidado especial para evitar problemas cutáneos.

En todos los casos, es sumamente necesario que el diagnóstico y tratamiento sea realizado por un médico veterinario, pues son afecciones serias en las que los perros tienden a recaer si los cuidados no son los adecuados. Además, es importante determinar las verdaderas causas, pues los canes con enfermedades metabólicas – como diabetes o hipertiroidismo – también presentan síntomas que se reflejan en la piel, estas pueden ser úlceras, llagas y dificultad para cicatrizar heridas.

¿Cómo cuidar la piel y pelo de mi perro?

Como has podido darte cuenta, las enfermedades cutáneas se pueden contraer fácilmente en tu perro, generando graves consecuencias que, entre más progresen, más difícil y efectivo será el tratamiento. Estos problemas los puedes evitar cuidando adecuadamente de tu peludo. Para ello, te damos las siguientes recomendaciones que debes tener en cuenta para que las practiques con la periodicidad que requieren.

• Es importante que conozcas a fondo el historial médico de tu peludo, ya que es con base a información concreta que tendrás el conocimiento para tener todas las medidas y cuidados que pueda requerir. Saber si existe una alergia a agentes externos o si hay algún tipo de alimento que no pueda consumir son factores relevantes que debes tener en cuenta.

• Dentro de los hábitos más comunes para la rutina de cuidado de tu peludo se encuentran las desparasitaciones periódicas, estas deben ser tanto internas como externas – purga oral y métodos tópicos de prevención para contagio e infecciones de agentes malignos –. Antes de realizar la purga, ten en cuenta el examen médico de tu perro para estar seguro que no hay presencia de pulgas, garrapatos u otros parásitos.

Ten presente que, aunque tu perro no sea alérgico a ciertos alimentos, es fundamental mantener una dieta saludable, equilibrada y de calidad, pues las vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos que absorba de su comida se verán reflejados en su piel y pelaje.

• La rutina de limpieza debe ser especialmente pensada en tu perro, con base a sus necesidades y posibles alergias. También es importante que los productos que uses sean específicos para perros, pues el pH de su piel es completamente diferente al nuestro, y usar los que no son indicados puede generar resequedad e irritaciones.

• Realizar una visita regular a la veterinaria para hacer un chequeo que descarte cualquier enfermedad y en donde conozcas el estado de salud de tu peludo nunca está de más. Intenta hacer una rutina para una consulta periódica.

Ahora sabes que la piel y pelo de tu perro requieren de un cuidado especial, no los descuides y dedícales el tiempo necesario para que todo el amor que sientes por él se vea reflejado en su buen estado de salud.